¿Qué es el Rapport?

Observar el lenguaje no verbal de otros nos puede brindar información relevante si estamos atentos, y aunque no se pueda tomar como ciencia absoluta, sí se ha comprobado que hay indicadores comunes que compartimos a la hora de comunicarnos.   El rapport es el fenómeno en el que dos o más personas sienten que están en “sintonía” psicológica y emocional, porque se sienten similares. Esto podría ser debido a que comparten los mismos valores, creencias, conocimientos o conductas en torno a uno o diversos temas.   El rapport vendría a ser la mimetización que se produce en el lenguaje verbal y no verbal cuando dos personas conectan o sintonizan profundamente. La ciencia ha demostrado que se trata de un acto reflejo que se produce de manera espontánea y muchas veces inconsciente, vinculado a las neuronas espejo. Pero también es cierto que se puede gestionar de forma voluntaria y consciente para “conectar” con otra persona, e incluso para influir en su comportamiento.  

El antropólogo Albert Merabian determinó, que cuando se está hablando, solamente se recibe el mensaje de las palabras en un 7%, mientras que por el tono de voz y otros detalles vocales que nada tienen que ver con el significado de las palabras, se recibe un 38%, y que el máximo del contenido de la comunicación lo transmite el lenguaje corporal no verbal de los gestos, con un 55%.

Nuestros gestos, movimientos, el tono de voz, nuestra ropa e incluso nuestro olor corporal también forman parte de los mensajes cuando nos comunicamos con los demás. Y el rapport se puede establecer tanto a través del lenguaje verbal como del no verbal. El inconsciente del interlocutor captará si existe discrepancia existente entre dichos lenguajes.

La PNL sostiene que, a través de aspectos del lenguaje no verbal como el movimiento de los ojos, podemos descubrir si alguien engaña no. Si alguien siente atracción por uno o si por el contrario no le caemos del todo bien a otro. Por eso, es una buena herramienta el aprender a calibrar a una persona, ya que significa conocer, por medio de su lenguaje no verbal y verbal su estado su estado anímico y tenerlo en cuenta en el proceso de comunicación. Las palabras pueden intentar ocultar pensamientos y sentimientos, pero el cuerpo no.

La mayoría de las personas contamos con un repertorio de posturas muy limitado y cambiamos de posición según secuencias predecibles. Los niños se mueven de forma más inconsciente, por eso su lenguaje gestual es más sincero que el de los adultos.

En la cara se reflejan de manera innata y universal las emociones básicas, aprender a distinguirlas es imprescindible para dominar el lenguaje corporal. Asimismo, está comprobado que las posturas influyen en nuestro estado de ánimo y en la segregación hormonal.  La postura corporal expresa básicamente el grado de interés y apertura hacia los demás, reflejados en la exposición y orientación del torso.  Visualmente, la postura tiene también una gran incidencia en nuestra imagen personal, sobre todo para transmitir confianza y seguridad.

Las pupilas se dilatan cuando algo nos atrae, y nuestro contacto visual puede determinar si lo que nos dice un interlocutor nos aburre o él mismo nos desagrada. Es por ello que los ojos claros nos suelen parecer más atractivos, ya que es más fácil percibir (aunque lo hagamos de manera inconsciente) las emociones positivas.

En una conversación se suele mantener el contacto visual directo entre un 40 y un 60% del tiempo total. Los movimientos de los ojos hacia la izquierda son el indicador más claro de que está activado un proceso creativo. Hacia la derecha nos habla de un proceso de memoria.

El volumen, tono o velocidad de nuestra voz revela importante información, especialmente cuando intentamos ocultar nuestras emociones. La voz tiene también una enorme influencia en la credibilidad y la persuasión: voces nasales, tonos agudos y volúmenes altos tienen menos crédito en el público.

Somos lo que comunicamos. Nos acompañan, nos siguen y nos creen por lo que decimos, pero también por cómo nos movemos, gesticulamos, miramos y hasta por cómo sonreímos. Y recuerda: el silencio también comunica.

LA ASERTIVIDAD

La asertividad es la capacidad de expresar a la persona indicada y en el momento oportuno mis opiniones, sentimientos, emociones, e ideas; siendo claros, francos y sencillos. Teniendo siempre en cuenta el tono y el ritmo de voz adecuados.

Ser asertivo es actuar y decir lo que pensamos con sinceridad y mostrar quienes somos. Conlleva el respetarse a sí mismo y respetar a los demás. Ser honesto y directo, y, sobre todo, mantener el equilibrio emocional en las relaciones personales.  

Podríamos representar la asertividad como un péndulo que va desde la pasividad hasta la agresividad. En medio de dicho péndulo estaría la asertividad (tanto la comunicación pasiva como la agresiva esconden en el fondo inseguridad y miedos).

Para construir una frase asertiva, debemos siempre hablar de nosotros y no del otro; de cómo su conducta nos afecta o nos puede afectar. Se trata de describir los comportamientos del otro sin referirnos a su identidadNo es lo mismo decir a alguien:, “eres un desconsiderado porque te pasas mirando el móvil; que decir, cada vez que miras el móvil me haces sentir que no estás siendo considerado conmigo ni me estás prestando atención.

  •  Haz siempre referencia a los hechos y no a tus juicios o interpretaciones.

Si ponemos en el centro el comportamiento de una persona y queremos dar un feedback asertivo, deberíamos describir dicho comportamiento; el cómo me hace sentir, para luego realizar una petición. Ej.  Las veces que quedamos y llegas tarde (descripción), me haces sentir como si mi tiempo no fuese importante, te pediría que en próximas ocasiones fueses puntual.

Un feedback confortativo haría una interpretación del comportamiento, luego un juicio y acabaría con una amenaza u orden. Ej.: Cuando llegas tarde es porque te da igual mi tiempo, Por tanto o llegas puntual la próxima vez o ya no pienso volver a quedar contigo.

Ser asertivo es igual a decir:  “ME RESPETO” + TE RESPETO”  Respeto mis límites y los de los demás. Puedo adaptarme, porque soy flexible, pero soy firme y directo; miro los ojos y no vacilo o muestro un tono de voz inseguro. 

Practicar la asertividad es aprender a defender mis derechos, a quedarme satisfecho (y no frustrado porque ya sea demasiado tarde) y a resolver problemas manteniendo una postura que me haga sentir más valioso y vea así reforzada mi autoestima y mi seguridad.

Confianza en las relaciones

La confianza es un ejercicio personal de mantener una balanza equilibrada entre las emociones positivas, que puedan suscitar lo mejor de las personas y sus mejores resultados; y el peso de las emociones negativas, que se focalizan en lo malo y tienden a generar peores resultados.

Suele suceder que cuando alguien comparte con nosotros información relevante y emocionalmente profunda, nos abrimos más a esa persona, e incluso, nos sentimos más conectados y nos brinda una mayor facilidad a la hora compartir temas importantes sobre nosotros mismos.

En estos escenarios es imprescindible practicar la empatía, y tener en cuenta que un valor fundamental para que la confianza en una relación funcione es la autenticidad por ambas partes.

Las relaciones de confianza se generan mediante el vínculo de las personas a la hora de comunicarse, sin tener miedo a expresar lo que piensan o como se sienten. Poder mostrarnos lo bueno y lo mejorable, con sano equilibrio; y reconocer lo positivo en el otro (cada vez que tengamos oportunidad) generará lazos más fuertes y ecológicos en nuestras relaciones.

La confianza consiste en equilibrar una relación sumando más aspectos positivos que negativos. Sentir confianza es un bálsamo en las relaciones con nuestros compañeros de trabajo. Nos permite estar más centrados en nuestras tareas sin distraernos con nimiedades, ni nos empuja a compararnos con los demás.

El valorar cada acción o conducta positiva, aun en aquellas tareas mínimas, provoca un vínculo más sólido; y generar un vínculo sólido se construye entendiendo las diferentes formas de comunicarnos como seres diversos que somos. No todo el mundo vive una crítica o una felicitación con la misma intensidad; hay gente más racional y otra más sensible, y para esto, saber adaptarse al lenguaje de aquel en quien depositamos nuestra confianza requiere de un conocimiento personal previo, especialmente si queremos ser asertivos al señalar un error.

Asimismo, se debe ser muy cuidadosos a la hora de regalar fácilmente nuestra bienintencionada sinceridad, sobre todo sin tener en cuenta las consecuencias que pueda traer o si realmente es necesaria en ese momento, “el camino al infierno está plagado de buenas intenciones”. Para decir las cosas es necesario tener en cuenta el momento oportuno, decirlas con un tono apropiado y teniendo en cuenta las circunstancias personales de nuestro receptor en ese momento.

La confianza en una relación es un acto de afecto que conlleva comprensión y aceptación del otro. Es entender su mirada, aunque no la compartamos y, sobre todo, es una actitud de dejar hacer, teniendo en cuenta que la conducta del otro, equivocada o no, está guiada por una intención positiva y que no podrá afectarnos si llevamos el con firmeza el timón integro de nuestras vidas.

Si somos conscientes de la responsabilidad ante nuestra decisión de confiar, no caeremos en papeles victimistas ante críticas constructivas (o menos constructivas), ya que sabremos reconocer la intención positiva de quien nos las hace. 

Mantener la confianza es un ejercicio al que debemos prestar una especial atención con cierta continuidad, pero que generará una riqueza emocional que nos permitirá llegar allí a donde queramos rodeado de afectos.

Por qué nos hace bien ayudar a los demás

“La libertad no puede ser realizada más que en sociedad y solo en la más estrecha igualdad y solidaridad de cada uno con todos.” – Mijaíl Bakunin  

Ayudar es hacer algo por alguien que él o ella no puede hacer por el mismo. Y si este hacer es incondicional vendrá  desde nuestro interior, todo lo que nace de dentro de ti y que pones al servicio del entorno siempre suma.

Somos seres sociales y nuestra fuerza es la unión; y es preferible para nuestra supervivencia vivir en buenos términos, ayudarnos mutuamente y sobre todo evitar autodestruirnos.

Y la más noble forma de interés personal es el interés por el prójimo y uno de los valores qué más satisfacción nos brindan es el de poder ayudar a los demás, sea cual sea la motivación existente.

Al ayudar a los demás nos estamos ayudando a nosotros mismos, ya que somos un reflejo de los demás, y contamos con la capacidad de ponernos en el lugar del otro, de vernos en el otro. Cuando ayudas desinteresadamente, tu ser se siente fortalecido, la sensación en el cuerpo es de ilusión, plenitud y paz. Y ese es el feedback más importante, no hace falta interés para tales acciones, no hay ego en la maravillosa sensación de dar por el simple hecho de dar sin esperar nada a cambio. El dar es un acto que carga de energía positiva a las personas, además de que llena de alegría al mundo en el que vivimos.

Cuando uno se vuelca a ayudar a los otros por el gusto de ayudar y con la pura intención de dar sin esperar nada a cambio, surge un sentimiento de satisfacción y hasta de encanto que nutre y enriquece inmediatamente. Las capacidades personales mejoran y la sensibilidad se incrementa enriquecida.

  • Saber que eres capaz de apoyar a otra persona te hace estar más seguro de ti mismo y tu interacción social mejora.
  • Científicamente está demostrado que ayudar a los demás nos hace ser personas más optimistas y positivas.
  • Cuando ayudas a otros reduces el estrés y aumentas la sensación de logro y autorrealización.

Es importante, para esto,  dejar de juzgar y aceptar las cosas como son y así crear espacios para la comprensión,  la empatía y el amor. Cuando dejamos de juzgarnos a nosotros mismos dejamos de juzgar a los demás con mayor facilidad, y el mayor catalizador de cambio en las relaciones con los demás es la aceptación sin juicios y el evitar intentar cambiar al otro, dejando que cada uno recorra su camino.

Cuando hacemos un juicio sobre el comportamiento inconsciente del otro solo generamos confundirle a nivel de su identidad. Por esto es importante no opinar, no aconsejar si no nos piden opiniones o consejos.

El reconocimiento y la aceptación de lo que le pasa al otro nos permite ayudarlo con mayor libertad.  Esto sí, siempre que el otro nos pida ayuda. No podemos ayudar a nadie que no sea consciente de que necesita ayuda y la pida, pero si podemos acompañarle en momentos difíciles creando espacios para que el otro sepa que no está solo.

Aceptar plenamente el momento que esté sucediendo provocará un espacio de comodidad para que el otro se sienta a gusto contigo y se abra cuando esté preparado a hacerlo.

Cuando nos rendimos a lo que es y estamos plenamente presentes , el pasado pierde poder y los momentos difíciles pierden intensidad.

Y recuerda que: “las penas compartidas se dividen y las alegrías compartidas se multiplican”.

RECOMENDACIÓN NAVIDEÑA

Nuestro especialista en adicciones nos recomienda:

Que si donde vas a pasar estas fiestas Navideñas, hay alguna persona que piensas que tiene problemas o esté en tratamiento contra las adicciones al alcohol y drogas, ayúdale y no pongas ninguna bebida alcohólica en la mesa, podemos brindar con zumos, bebidas gaseosas o con agua simple y clara, será el mejor regalo que le puedas hacer, para ti una copa termina en el fondo de la copa, para esta persona termina muy lejos de la familia y de todo su proyecto de vida, es imposible SALIR SOLO de las drogas, es un proceso lento de constancia, minimizando todas las posibles situaciones de riesgo, únicamente con la fuerza de voluntad no es posible….

Las estadísticas nos indican, que en estas fechas los índices de recaídas son elevadas, no minimices sus esfuerzos.

Expresiones como “UN VASITO NO TE VA HACER NADA” … “SOLO UN SORBITO PARA BRINDAR Y NADA MÁS” …. Para ti no puede ser nada, pero para él o ella puede ser letal y echar por suelo todo el esfuerzo realizado durante su recuperación, os recuerdo que el adicto hace mucho tiempo que dejó de consumir por placer….

En estas fiestas regálale tu comprensión, respeto, refuerzo en su decisión y tu compañía, que sepa que estarás para ayudarlo y disfrutar con él unas fiestas de VIDA Y FAMÍLIA.

Si tienes alguna consulta, no dudes en contactar con nuestro especialista y te ayudará a resolverla.